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sábado, 29 de agosto de 2015

Hikone (29/8)

Ya estamos a sábado y teníamos la duda de si llovería o no y de si dedicar el día al castillo de Hikone o ir a la zona del monte Koya. Al final a ganado la opción conservadora, ya que ir a Hikone supone menos de una hora de tren, y en cambio Koyasan significa más de tres horas con un mínimo de tres transbordos.
Ahora ya sabemos que hemos tomado una buena elección. El castIllo nos ha encantado, la ciudad de Hikone ha sido muy cómoda y hemos tenido tiempo de acercarnos hasta Nagahama.
Hoy coger el tren en la estación de Kyoto ha sido un poco más agobiante, ya que mientras los Shinkasen están muy bien indicados, los trenes locales o regionales son un poco más difíciles de distinguir pues comparten vía y la frecuencia es muy alta. Si no te fijas bien en los carteles indicadores y en la hora exacta del tren que debes coger tienes muchas posibilidades de ir a algún lugar que no tenias previsto.


Hoy hemos acertado a la primera gracias a una empleada que le ha indicado a Carmen la vía de la que salía el tren a Hikone. Mas tarde, mientras estábamos detenidos en una estación, ha sido el revisor del tren el que nos ha indicado que nuestro vagón se quedaba allí, y que los vagones delanteros seguían hasta nuestro destino. No deja de sorprendernos, aunque aquí es una norma de comportamiento, la extrema amabilidad con que nos trata todo el mundo, haciendo que la barrera del idioma no sea en absoluto un obstáculo insalvable. Tenemos muy claro que esa es una de las razones de que nos encante este país, porque al final un país son sus paisajes, sus monumentos, su historia, su gastronomía y sobre todas las cosas su gente.


Al llegar a Hikone nos ha recibido una pequeña y tranquila plaza frente a la estación con su oficina de turismo donde hemos conseguido un plano, aunque es casi imposible no llegar al castillo, salvo que salgas de la estación por la puerta Este en lugar de hacerlo por la del Oeste.
Aunque la temperatura era alta, no resultaba tan insoportable como la de ayer, por lo que hemos dado un agradable paseo hasta el castIllo. Este no resulta tan impresionante como el de Himeji, pero nos ha gustado mucho, a lo que contribuye el entorno, con el lago Biwa y la ciudad de Hikone.




El castillo data del siglo XVII y la estructura sigue la misma pauta: grandes murallas de piedra rodeadas por fosos llenos de agua que a medida que subimos la colina en la que se encuentra se van reduciendo hasta llegar al edificio del castillo en si, que es de madera y en este caso tiene cuatro pisos de altura. 


Junto al castillo se puede visitar un bonito jardin de estilo japonés, con su lago, sus puentes y su residencia que hoy funciona como casa de te. Dice mucho de unos señores de la guerra que eran capaces de apreciar la belleza y la serenidad que da un paisaje que has creado artificialmente para tu disfrute.


Después de visitar el castillo hemos dado una vuelta por el barrio de casas tradicionales, hoy convertidas en atracción turística, con comercios y restaurantes. Como hemos sido incapaces de escoger uno y el cansancio y el calor ya hacían mella en nuestro ánimo, hemos acabado comiendo unos emparedados.
Tras el descanso hemos vuelto a la estación para acercarnos a Nagahama. Según Lonely Planet tiene un bonito barrio de casas de madera que justifica la visita, y como estábamos a unos quince minutos y  aun no eran las cuatro de la tarde para allí nos hemos ido.




La verdad es que nos ha gustado mucho, aunque por desgracia casi todas las tiendas cerraban a las cinco y media y en un momento se ha perdido todo el ambiente y la vitalidad que había en el momento de llegar. De todas formas ha sido un paseo muy agradable y tampoco hubiéramos comprado nada, ya que la artesanía local se basa en el trabajo del vidrio, y este solo tiene, en nuestra modestia opinión dos posibilidades, o es hortera o es carísimo.




Un poco cansados después de tanto paseo hemos vuelto en un Special Express hasta Kyoto en poco más de una hora. Hemos cenado unas autenticas pizzas japonesas y a descansar, que mañana hay que recoger para ir a Takayama donde nos espera un hotel estilo "ryokan" con sus fotones, su suelo de paja, sus panelel correderos de papel y su cena kaiseky. Y esperamos que una temperatura más agradable.

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