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domingo, 30 de agosto de 2015

De Kyoto a Takayama (30/08)

Hoy hemos dejado Kyoto y el fantástico hotel Kyoto Century Hotel en el que hemos descansado y desayunado a placer. En un viaje cuando pasas mas de tres o cuatro noches en un hotel ya lo empiezas a sentir como si fuera un poco tu casa, y al regresar cansado por la tarde después de visitar, caminar y sudar notas que te recibe, cuando cumple su función, con los brazos abiertos. Ya sabes donde esta todo y haces de tu habitación tu refugio. En este caso ha sido así y por eso sabe un poco mal marchar, pero el "turisteo" es así de duro y debemos encontrar nuevos horizontes.


El nuestro es Takayama, un pueblo pequeño de solo 90.000 habitantes en el corazón de la isla, rodeado de montañas y considerado la puerta de los Alpes japoneses y la base para visitar Sirakawa-go, una pequeña comarca montañosa famosa por sus aldeas con las casas con el techo de paja.
El trayecto desde Kyoto a Takayama dura unas tres horas, primero hasta Nagoya en Shinkasen y después hasta el destino final en un tren diésel, ya que la vía, que recorre una zona montañosa, no está electrificada.
Llegamos, porque no decirlo, puntuales como siempre y a sólo tres minutos de la estación se encuentra nuestro ryokan. Como ya explicamos en otro post el año pasado un ryokan es un hotel con las habitaciones estilo japonés, lo que significa suelo de tatami, paneles correderos de papel y por la noche fotones en el suelo. El recibimiento es muy bueno, pero como no son las tres de la tarde debemos dejar las maletas y dedicarnos a descubrir el pueblo y buscar un sitio para comer.




Takayama resulta muy agradable, es tranquila, bastante silenciosa y tIene algunas calles especialmente atractivas. Además cuenta con muchas posibilidades para comer, sobre todo su producto estrella: la ternera de Hida. A quien mas y quien menos le suena la ternera de Kobe, pero reconozco que hasta que comenzamos a documentarnos para venir a Japón no había oído nombrar esta clase de carne.
Y como no puede ser de otra manera acabamos en una carnicería con restaurante donde damos cuenta de una degustación buenísima hecha por nosotros mismos en la parrilla incorporada en nuestra mesa.


Repuestos de nuestro apetito volvemos al hotel donde nos reciben con todo el ceremonial en el más puro estilo nipón, con un té de bienvenida, un dulce, la correspondiente yukata  y por supuesto sin zapatos en todo el hotel. La habitación en particular y el hotel en general tienen muy buen aspecto y tras tomar posesion volvemos a la calle para continuar explorando la ciudad. El problema es que es domingo y a partir de las cinco de la tarde van cerrando todos los comercios con lo que las calles quedan desiertas e inhospitas. 


Volvemos hacia el hotel pasando antes por la estación de autobuses para comprobar que los horarios que tenemos son validos todavía. El precio ha subido bastante respecto al que marca la guía de 2014 pero habrá que aguantarse. Una vez en el hotel nos probamos las yukatas y decidimos que iremos a cenar vestidos a la occidental.
La cena estilo Hida es buena pero pesa en nuestro recuerdo la fantástica cena del año pasado en Miyajima y esta sale perdiendo. Salvamos el sashimi y la ternera de Hida (dos veces en un día!)
Nos retiramos pronto, ya que mañana hay que madrugar y como todos los días antes debemos descargar y repasar las fotografías del día y escribir este blog.
Mañana Sirakawa-go, y esperemos no mojarnos mucho ya que la previsión es mala.

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